Campesinos desalojados por la Presa Monte Grande denuncian incumplimiento del gobierno en la entrega de parcelas

Un grupo de decenas de agricultores, liderados por el señor Santo Esteban Ferreras, exigen al Estado el reasentamiento prometido hace años.

La promesa de una reubicación justa se ha convertido en una espera interminable para decenas de familias campesinas que fueron desalojadas de sus tierras para la construcción de la Presa Monte Grande. Bajo el liderazgo de Santo Esteban Ferreras, los afectados han alzado su voz para denunciar el incumplimiento del gobierno, que hasta la fecha no ha cumplido con el compromiso de ubicarlos  en nuevas parcelas agrícolas.

Los campesinos, muchos de los cuales vivieron y trabajaron por generaciones en la zona ahora inundada por el embalse, aseguran que el acuerdo inicial incluía su reasentamiento en terrenos fértiles donde pudieran continuar con sus actividades productivas. Sin embargo, años después de los desalojos, se encuentran en el limbo, sin su fuente de sustento y con un futuro incierto.

«Nos quitaron nuestra tierra con la promesa de una vida nueva. Nos dijeron que tendríamos dónde sembrar, donde trabajar para nuestros hijos. Hoy no tenemos nada, solo promesas rotas», declaró con firmeza el señor Ferreras,  portavoz de la comunidad afectada.

La situación ha generado una grave crisis socioeconómica entre las familias desalojadas, que han visto mermadas sus posibilidades de subsistencia. La falta de tierras cultivables los ha sumido en la inseguridad alimentaria y la pobreza, obligando a muchos a buscar empleos informales en las ciudades, lejos de su vocación agrícola.

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